"¿Quién ha dicho que cuando insultan nuestros sentimientos, antes que reaccionar como hombres, estamos obligados a ser amables? Bien está, sí, la dialéctica como primer instrumento de comunicación. Pero no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y de las pistolas cuando se ofende a la justicia o a la Patria."

Jose Antonio Primo de Rivera

“Yo quiero ser español y sólo español; yo quiero hablar el idioma de Cervantes; quiero recitar los versos de Calderón, quiero teñir mi fantasía en los matices que llevan disueltos en sus paletas Murillo y Velázquez; quiero considerar como mis pergaminos de nobleza nacional la historia de Viriato y del Cid; quiero llevar en el escudo de mi Patria las naves de los catalanes que conquistaron a Oriente y las naves que descubrieron el Occidente; quiero ser de toda esta tierra, que aún me parece estrecha, sí; de toda esta tierra tendida entre los riscos de los montes Pirineos y las olas del gaditano mar; de toda esta tierra redimida, rescatada del extranjero y sus codicias por el heroísmo y el martirio de nuestros inmortales abuelos. Y tenedlo entendido de ahora para siempre: yo amo con exaltación a mi Patria, y antes que a la libertad, antes que a la república, antes que a la federación, antes que a la democracia, pertenezco a mi idolatrada ESPAÑA”.

José Ortega y Gasset

jueves, 6 de enero de 2011

Texto propagandístico de la Legión de San Miguel Arcángel, que editaba la revista Barricadas

Ha caído en tus manos esta DECLARACIÓN DE GUERRA. No desperdicies esta oportunidad que quizá no se te vuelva a presentar jamás. Léela si tienes valor. Si la lees, te aseguramos que tu orgullo se va a ver atacado en más de una ocasión, por eso, para nosotros constituye un Reto el presentártela: Un Reto a la Juventud.

Has oído hablar, como lodo el mundo, de Dios, del cristianismo, de la Patria, etc. y, lógicamente has identificado el concepto de Dios, con beatas rezando y murmurando, con mojigaterías de afeminados y con obispos y cardenales con calva y barriga; y con la Patria, otro tanto de lo mismo: un grupo de señorones con banderitas que se divierten mientras otros pasan hambre y que se escandalizan por las revueltas justas de los hambrientos. ¿Y si nosotros te dijéramos que el cristianismo es para hombres, y muy hombres? ¿Y si te dijéramos que la Patria es misión de obreros y campesinos revolucionarios?

Fusiles y pistolas a la sombra de la Cruz. Hombres; que sonríen a la muerte porque son dueños de ellos mismos. Tú te vanaglorias de ser hombre… piensa esto ¿eres valiente acaso para darle ordenes a tu cuerpo? ¿Serías capaz de frenar por tu voluntad un instinto sexual de tu cuerpo fisiológicamente bien constituido? ¿Serías capaz de decirte: hasta aquí llega la bebida o ahora no fumo? ¿Serías capaz de sufrir tortura y humillaciones? ¿Controlarías el temblor de tus piernas al sentir pánico? Date cuenta de que te puedes convenir en una marioneta de tus instintos. Lucha y serás libre. Señor de ti mismo. Pero si no eres capaz de sacrificarte por nada, si cuando caes no tienes la humildad y el valor de levantarte, ¿cómo le va a entusiasmar una Empresa del tamaño que te proponemos? ¡Sé hombre! Mira a Dios, al Señor de los Ejércitos, a la cara y responde.

¿Es que acaso no te hierve la sangre al contemplar a los campesinos, hombres y mujeres, extenuándose en sacar fruto a tierras ajenas y viviendo en la miseria? ¿No te hierve la sangre ante la ola de mendicidad que invade nuestra Patria? Desesperados y sin horizontes ni soluciones, millones de familias españolas se debaten en el terrible drama de conseguir el pan de cada día. ¿No ves como se quiebran las ilusiones de tus semejantes? Sabrás que ya hay comedores públicos y que vuelven enfermedades olvidadas. Viejas y viejos recogiendo cartones en los cubos de basura, revendiendo tabaco o mendigando, sin una pensión digna en sus últimos días. Piensa un poco en ellos, piensa en sus ilusiones frustradas y te dolerá. Piensa en tus futuros hijos, te indignará. A nosotros nos duele. Amamos a España porque no nos gusta, porque la entendemos como Misión, como quehacer colectivo, y por eso, somos profundamente revolucionarios.

Ha de ser tu actitud guerrera como la de los Almogávares con su pavoroso grito ¡DESPERTA FERRO!, despierta hierro. Tu hierro, tu espada, despertando porque no es tiempo de reconstrucción sino de Reconquista. No nos importa lo que pase después, pero queremos encender ya la antorcha libre de toda corrupción y de todo compromiso.

Ver abandonar y despreciar el materialismo por los jóvenes, ver familias unidas y fuertes; ver otra vez a las novias con dignidad y con ilusiones; ver levantarse del fango a los oprimidos, los cantos atronando, gestos altivos con la esperanza puesta en la Revolución Nacional de la Justicia y Libertad, ¡Y todo en el nombre de Cristo! Porque en el nombre de Cristo nos honramos y marchamos alegremente a un futuro incierto.

Queremos lavar, aunque sea con nuestra sangre, todas las afrentas que han hecho a Cristo y a la justicia por parte de los que se llaman católicos y patriotas. Porque tú, joven español, al leer esta Declaración de Guerra puedes estar pensando en… las derechas. ¡QUÉ POCO NOS CONOCEN!

¿Derechas? Que en nombre de Dios, explotan al pueblo. ¿Derechas? Que son materialismo y burguesía.

¿Derechas? Que niegan toda reforma justa.

Cristo dijo: “No podéis servir a Dios y a las riquezas”.

Nosotros, los NACIONAL SINDICALISTAS queremos, a la sombra redentora de la CRUZ:

La tierra para quien la trabaja; la plusvalía de la producción a los trabajadores organizados en Sindicatos; la nacionalización de la Banca; la abolición de la propiedad capitalista y su sustitución por la Propiedad Privada, Humana y Directa; la resurrección de los cuerpos sociales; la Armonía, la justicia y el Amor en un Estado Católico y fuerte.

Frente al ¿Quién como yo? de Satanás, el QUIS UT DEUS de San Miguel: QUIEN COMO DIOS. Por esto… LEGIÓN DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL. Legión, Legión… ¿alguna palabra más viril que ésta? Espíritu espartano de entrega y audacia a las órdenes del primer Guerrero de Dios.

Si no te sientes con fuerzas para esta guerra, busca a Dios… la Fe mueve montañas. No te importe nada porque si morimos, TAMBIÉN VENCEMOS.

¡¡¡Alístate a la Legión de San Miguel Arcángel!!!

El Nacionalsindicalismo

El Nacionalsindicalismo es un movimiento político nacido en 1931 alrededor del semanario “La Conquista del Estado” y las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista), que se fundarían poco después. Pero no sería hasta su fusión con La Falange en 1934 y bajo el liderazgo de José Antonio que se convertiría un movimiento revolucionario política e ideológicamente capaz.

Del mismo modo que el Fascismo es un movimiento típicamente italiano y el Nacionalsocialismo un movimiento típicamente alemán, el Nacionalsindicalismo es un movimiento propiamente español. Este movimiento tuvo desde un principio marcadas influencias de la generación del 98 (Ortega y Gasset, Ramiro de Maeztu, etc.), del Fascismo italiano y en menor medida del Nacionalsocialismo alemán, del Marxismo y de autores como Oswald Spengler o Kipling, a los que José Antonio respetaba y admiraba.

El ideario del Nacionalsindicalismo se puede resumir en las palabras “Patria, Pan y Justicia”, las cuales son una reivindicación de patriotismo, pero también y a la vez una exigencia contra la desigualdad y la injusticia que sufren los más necesitados. En el Nacionalsindicalismo se busca la superación de las diferencias de clase mediante la colaboración conjunta de las diferentes capas de la sociedad en un proyecto común: la Patria. El engrandecimiento y la mejora de la Patria debe repercutir de forma beneficiosa en cada uno de los hombres y mujeres que la componen, las desigualdades deben quedar superadas ante ella. Para el pensamiento falangista, no debe haber ni ricos ni pobres, ni proletarios ni burgueses, sino sólo españoles.

Con este fin, el Nacionalsindicalismo apostó por una revolución nacional que superara tanto a los partidos de la derecha (CEDA) como de la izquierda (socialistas), pues su alternativa estaba por encima de ambas, era una superación de las mismas que apostaba por un nuevo sistema económico, social y político.

La forma de organización del Estado que la Falange buscaba tras una eventual revolución nacional, era el Sindicato Vertical – un sistema por el cual se organizaría una democracia participativa (o democracia directa) que permitiría a los españoles decidir a partir de la Familia, el Municipio y el Puesto de Trabajo o Gremio. De este modo, se apostaba por una forma de democracia encaminada a superar la democracia partidista y parlamentaria.

Dentro de la lógica del principio nacionalsindicalista de igualdad ante la Patria, se consideraba también a la monarquía como algo superfluo y abogó por una República Nacional.

En la religión, el Nacionalsindicalismo es el movimiento de tercera vía de corte más católico, aunque siempre defendiendo la separación entre el Estado y la Iglesia.


Para terminar, en la política exterior el nacionalsindicalismo defendía una idea de hispanidad según la cual España debía mirar hacia Hispanoamérica y todos los territorios antiguamente españoles con la esperanza de reinstaurar la idea del Imperio, perdida en 1898 a raíz de la traicionera invasión norteamericana de Cuba y Filipinas.





Los 27 puntos de Falange

NACIÓN. UNIDAD. IMPERIO

1. Creemos en la suprema realidad de España. Fortalecerla, elevarla y engrandecerla es la apremiante tarea colectiva de todos los españoles. A la realización de esta tarea habrán de plegarse inexorablemente los intereses de los individuos, de los grupos y de las clases.


2. España es una unidad de destino en lo universal. Toda conspiración contra esa unidad es repulsiva. Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos.

La Constitución vigente, en cuanto incita a las disgregaciones, atenta contra la unidad de destino de España. Por eso exigimos su anulación fulminante.


3. Tenemos voluntad de Imperio. Afirmamos que la plenitud histórica de España es el Imperio. Reclamamos para España un puesto preeminente en Europa. No soportamos ni el aislamiento internacional ni la mediatización extranjera.

Respecto de los países de Hispanoamérica, tendemos a la unificación de cultura, de intereses económicos y de Poder. España alega su eje espiritual del mundo hispánico como título de preeminencia en las empresas universales.


4. Nuestras fuerzas armadas—en la tierra, en el mar y en el aire—habrán de ser tan capaces y numerosas como sea preciso para asegurar a España en todo instante la completa independencia y la jerarquía mundial que le corresponde. Devolveremos al Ejército de Tierra, Mar y Aire toda la dignidad pública que merece y haremos, a su imagen, que un sentido militar de la vida informe toda la existencia española.


5. España volverá a buscar su gloria y su riqueza por las rutas del mar. España ha de aspirar a ser una gran potencia marítima, para el peligro y para el comercio.

Exigimos para la Patria igual jerarquía en las flotas y en los rumbos del aire.



ESTADO. INDIVIDUO. LIBERTAD

6. Nuestro Estado será un instrumento totalitario al servicio de la integridad patria. Todos los españoles participarán en él a través de su función familiar, municipal y sindical. Nadie participará a través de los partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema inorgánico, representación por bandos en lucha y Parlamento del tipo conocido.


7. La dignidad humana, la integridad del hombre y su libertad son valores eternos e intangibles.

Pero sólo es de veras libre quien forma parte de una nación fuerte y libre. A nadie le será lícito usar su libertad contra la unión, la fortaleza y la libertad de la Patria. Una disciplina rigurosa impedirá todo intento dirigido a envenenar, a desunir a los españoles o a moverlos contra el destino de la Patria.


8. El Estado Nacionalsindicalista permitirá toda iniciativa privada compatible con el interés colectivo, y aun protegerá y estimulará las beneficiosas.



ECONOMÍA. TRABAJO. LUCHA DE CLASES

9. Concebimos a España, en lo económico, como un gigantesco sindicato de productores. Organizaremos corporativamente a la sociedad española mediante un sistema de sindicatos verticales por ramas de la producción, al servicio de la integridad económica nacional.


10. Repudiamos el sistema capitalista, que se desentiende de las necesidades populares, deshumaniza la propiedad privada y aglomera a los trabajadores en masas informes, propicias a la miseria y a la desesperación. Nuestro sentido espiritual repudia también el marxismo. Orientaremos el ímpetu de las clases laboriosas, hoy descarriladas por el marxismo, en el sentido de exigir su participación directa en la gran tarea del Estado nacional.


11. El Estado Nacionalsindicalista no se inhibirá cruelmente de las luchas económicas entre hombre, ni asistirá impasible a la dominación de la clase más débil por la más fuerte. Nuestro régimen hará radicalmente imposible la lucha de clase, por cuanto todos los que cooperan a la producción constituyen en él una totalidad orgánica. Reprobamos e impediremos a toda costa los abusos de un interés parcial sobre otro y la anarquía en el régimen del trabajo.


12. La riqueza tiene como primer destino—y así lo afirmará nuestro Estado—mejorar las condiciones de vida de cuantos integran el pueblo. No es tolerable que masas enormes vivan miserablemente mientras unos cuantos disfrutan de todos los lujos.


13. El Estado reconocerá la propiedad privada como medio lícito para el cumplimiento de los fines individuales, familiares y sociales, y la protegerá contra los abusos del gran capital financiero, de los especuladores y de los prestamistas.


14. Defendemos la tendencia a la nacionalización del servicio de Banca y, mediante las corporaciones, a la de los grandes servicios públicos.


15. Todos los españoles tienen derecho al trabajo. Las entidades públicas sostendrán necesariamente a quienes se hallen en paro forzoso. Mientras se llega a la nueva estructura total, mantendremos e intensificaremos todas las ventajas proporcionadas al obrero por las vigentes leyes sociales.


16. Todos los españoles no impedidos tienen el deber del trabajo. El Estado Nacionalsindicalista no tributará la menor consideración a los que no cumplen función alguna y aspiran a vivir como convidados a costa del esfuerzo de los demás.



TIERRA

17. Hay que elevar a todo trance el nivel de vida del campo, vivero permanente de España. Para ello adquirimos el compromiso de llevar a cabo sin contemplaciones la reforma económica y la reforma social de la agricultura.


18. Enriqueceremos la producción agrícola (Reforma económica) por los medios siguientes:

Asegurando a todos los productores de la tierra un precio mínimo remunerador.

Exigiendo que se devuelva al campo, para dotarlo suficientemente, gran parte de lo que hoy absorbe la ciudad en pago de sus servicios intelectuales y comerciales.

Organizando un verdadero crédito agrícola, que, al prestar dinero al labrador a bajo interés, con la garantía de sus bienes y de sus cosechas, le redima de la usura y del caciquismo.

Difundiendo la enseñanza agrícola y pecuaria.

Ordenando la dedicación de las tierras por razón de sus condiciones y de la posible colocación de los productos.

Orientando la política arancelaria en sentido protector de la agricultura y de la ganadería.

Acelerando las obras hidráulicas.

Racionalizando las unidades de cultivo, para suprimir tanto los latifundios desperdiciados como los minifundios antieconómicos por su exiguo rendimiento.


19. Organizaremos socialmente la agricultura por los medios siguientes:

Distribuyendo de nuevo la tierra cultivable para instituir la propiedad familiar y estimular enérgicamente la sindicación de labradores.

Rendimiento de la miseria en que viven a las masas humanas, que hoy se extenúan en arañar suelos estériles, y que serán trasladadas a las nuevas tierras cultivables.


20. Emprenderemos una campaña infatigable de repoblación ganadera y forestal, sancionando con severas medidas a quienes la entorpezcan e incluso acudiendo a la forzosa movilización temporal de toda la juventud española para esta histórica tarea de reconstruir la riqueza patria.


21. El Estado podrá expropiar sin indemnización las tierras cuya propiedad haya sido adquirida o disfrutada ilegalmente.


22. Será designio preferente del Estado Nacionalsindicalista la reconstrucción de los patrimonios comunales de los pueblos.



EDUCACIÓN NACIONAL. RELIGIÓN

23. Es misión esencialmente del Estado, mediante una disciplina rigurosa de la educación, conseguir un espíritu nacional fuerte y unido e instalar en el alma de las futuras generaciones la alegría y el orgullo de la Patria. Todos los hombres recibirán una educación premilitar que les prepare para el honor de incorporarse al Ejército nacional y popular de España.


24. La cultura se organizará en forma que no malogre ningún talento por falta de medios económicos. Todos los que lo merezcan tendrán fácil acceso incluso a los estudios superiores.


25. Nuestro Movimiento incorpora el sentido católico—de gloriosa tradición y predominante en España a la reconstrucción nacional.

La Iglesia y el Estado concordarán sus facultades respectivas, sin que se admita intromisión o actividad alguna que menoscabe la dignidad del Estado o la integridad nacional.



REVOLUCIÓN NACIONAL

26. Falange Española de las J.O.N.S. quiere un orden nuevo, enunciado en los anteriores principios. Para implantarlo, en pugna con la resistencia del orden vigente, aspira a la revolución nacional.

Su estilo preferirá lo directo, ardiente y combativo. La vida es milicia y ha de vivirse con espíritu acendrado de servicio y de sacrificio.


27. Nos afanaremos por triunfar en la lucha con sólo las fuerzas sujetas a nuestra disciplina.

Pactaremos muy poco. Sólo en el empuje final por la conquista del Estado gestionará el mando las colaboraciones necesarias, siempre que esté asegurado nuestro predominio.

Un ateo que marca "x" para la Iglesia Católica

26.11.10 - 00:12 - JOSE MANUEL LÓPEZ VEGA | MÉDICO ESPECIALISTA. HOSPITAL VALDECILLA

Si es reprochable empezar hablando de uno mismo, también será esclarecedor decir de entrada que mi pensamiento y mi vida discurren ajenos a los dioses, en general, y al Dios de los católicos en particular. No comulgué ni fui confirmado, me casé por lo civil, mis dos hijos no fueron bautizados y han estudiado en escuelas laicas, como su padre. Por lo breve, digo, ni soy católico ni aguardo orientación de ninguna fe religiosa, la que fuere. ¿A qué viene, entonces, mi chocante postura de destinar la X del IRPF a la Iglesia Católica? Algunos la tildarán de gracieta simplona, otros de contradicción incomprensible, de inane provocación, etcétera. Nada opongo a tales opiniones, menos aún si sustentan la idea, más o menos refinada, de que seré aproximadamente un gilipollas. Pero si alguien desea curiosear en por qué un ateo marca su X a favor de la Iglesia, quizá le interesen mis tres razones principales:

1ª. Ante las privaciones de muchos seres humanos (no solo en países subdesarrollados), es natural fomentar la ayuda y la cooperación. Que se describan con palabras como solidaridad, compasión, justicia o caridad es lo de menos; lo crucial es canalizarlas a través de organizaciones eficientes.
Ya sé que existen las recientes criaturas llamadas oenegés, pero cómo negar el papel histórico de las misiones católicas y de Cáritas en ese terreno. No estableceré un ranking de altruismo, pero yo, siendo ateo, dudo que los recursos administrados por la Iglesia sean desdeñables o necesariamente sustituibles: voto por mantenerlos.

2ª. Para explicar la idea de Europa -y no digamos la de España- a un extraterrestre, sería imposible obviar el catolicismo. Entre nosotros, terrícolas, sería fatigoso desgranar su legado intelectual, arquitectónico, ético y artístico. Asistí recientemente a la misa dominical en un convento de clarisas, con su olor inefable a musgo e incienso. A mediodía, las monjas ocupan un coro, allá por el ábside; los fieles llenan la pequeña nave y el cura lee sugestivos textos, y lo hace bien, y por un momento me siento parte de algo más grande y más permanente que yo, algo que sosiega la respiración y atempera el pulso, sin necesidad de lapidar a nadie. Y luego visité otra iglesia, donde se cantaban bellísimas habaneras de tema religioso. Voto por ese espíritu de paz y concordia, aunque yo no sea creyente.

3ª. Justo por no serlo, me parece inexplicable el furor obsesivo por bajar los crucifijos de los colegios. No veo qué daño causan los símbolos de una fe que no me asiste, pero sí ilustra mi paisaje histórico y emocional. Me espanta el fanático que se jacta de clausurar escuelas católicas o quemar frailes. No concibo que un absurdo revanchismo haga saludar a gobernantes infames como Chávez y ningunear al Papa, líder espiritual de muchos compatriotas. A mi juicio de ateo, es lógico y deseable que el Estado sea laico, pero sucede que España no lo es. Hay vida inteligente fuera del Estado, así que pongo la X para la Iglesia Católica, no vaya a ser que algún insensato la destine a construir mezquitas y tengamos que resucitar a don Juan de Austria.